La vida inmortal de Henrietta Lacks

Quienes trabajan en el campo biomédico conocen el acrónimo HeLa, que denota una línea celular de vital importancia en la investigación del cáncer y muchas otras enfermedades: células especiales, tan resistentes que son prácticamente inmortales, vendidas y compradas durante décadas en laboratorios de todos sobre el mundo. Pero esas cuatro letras también contienen una historia emblemática e inquietante, y sobre todo una persona de carne y hueso. Henrietta Lacks trabajó en los campos de tabaco de Virginia, al igual que sus antepasados ​​esclavos. Cuando murió de un tumor en 1951, los médicos, sin molestarse en pedir consentimiento alguno, tomaron una muestra de sus tejidos y pronto notaron un fenómeno asombroso: las células cancerosas continúan creciendo fuera del cuerpo, en el laboratorio. Desde aquí hasta la comercialización es un paso corto, pero pasarán veinte años antes de que los miembros de la familia descubran una verdad que no es menos increíble que traumatizante: Henrietta es 'inmortal' y una industria de mil millones de dólares ha crecido a partir de sus células. Rebecca Skloot decidió contar esta historia y, superando la desconfianza y la hostilidad, logró ponerse en contacto con los Lacks al ganarse la amistad de la hija de Henrietta, Deborah. Así nació un libro que nos lleva desde un pabellón negro del Hospital Johns Hopkins hasta los deslumbrantes laboratorios donde los congeladores almacenan las células HeLa, desde las chozas de Clover, una aldea poblada por esclavos y curanderos, hasta el Baltimore de hoy.